Porque se levantarán falsos
Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera
que engañarán, si fuera posible, aun a los escogidos. (Mateo 24: 24).
En estos días de engaño, cada
persona que está afirmada en la verdad tendrá que contender por la fe que una
vez fue da dada a los santos. Por medio de su obra misteriosa, Satanás introducirá
toda clase de error para engañar, si es posible, hasta a los mismos escogidos y
así alejarlos de la verdad. Habrá que
hacer frente a la sabiduría humana; a la sabiduría de los hombres doctos,
quienes, como los fariseos, son maestros de la ley de Dios pero no la obedecen
ellos mismos. Habrá que hacer frente a
la ignorancia y la locura humanas que se manifestarán en teorías incoherentes
ataviadas con un ropaje nuevo y fantástico; teorías que serán más difíciles de
enfrentar, porque no hay razón en ellas.
Habrá sueños falsos y visiones
espurias, que tendrán una parte de verdad pero alejarán de la fe original. El
Señor ha dado una regla para detectarlos: "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no
les ha amanecido" (Isa. 8: 20). Si
empequeñecen la ley de Dios, si no prestan atención a su voluntad como ha sido
revelada en los testimonios de su Espíritu, son engañadores. Están controlados
por el impulso y las impresiones, los cuales creen que provienen del Espíritu
Santo, y los consideran más dignos de confianza que la Palabra inspirada.
Pretenden que todos los pensamientos y sentimientos constituyen una impresión
del Espíritu; y cuando se los hace razonar poniendo las Escrituras como base,
declaran que poseen algo más digno de confianza. Pero mientras piensan que son conducidos por
el Espíritu de Dios, en realidad están siguiendo fantasías promovidas por Satanás...
Satanás revestido con ropaje
angélico, obrará en forma sutilísima para introducir invenciones humanas. Pero
la luz de la Palabra brilla en medio de la tinieblas morales, y la Biblia nunca
será reemplazada por manifestaciones milagrosas. Hay que estudiar la verdad, y
hay que buscarla como un tesoro escondido. No se darán inspiraciones
maravillosas aparte de la Palabra, ni aquéllas tomarán el lugar de ésta.
Aferraos a la Palabra y recibid la Palabra injertada que hará a los hombres
sabios para la salvación. Mensajes selectos, t. 2, pp. 112, 113, 115. 122
AUDIO. https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFw6vQ5YVlIonyXAPELBB7Zt
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