domingo, 4 de junio de 2023

17. “IMITAR A JESÚS Y SU ÉTICA”

No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. Filipenses 2:4,5.

La ética inculcada por el evangelio no reconoce otra norma sino la perfección de la mente de Dios, de la voluntad de Dios.

Dios requiere que sus criaturas se conformen con su voluntad.

La imperfección del carácter es pecado, y el pecado es la transgresión de la ley. Todos los atributos correctos del carácter moran en Cristo como un todo perfecto y armonioso. Todo el que recibe a Cristo como a su Salvador personal tiene el privilegio de poseer esos atributos. Esa es la ciencia de la santidad. ¡Cuán gloriosas son las posibilidades para la raza caída!

Por medio de su Hijo, Dios ha revelado la excelencia que los seres humanos son capaces de alcanzar. Por medio de los méritos de Cristo, son elevados de su estado depravado, purificados y hechos más preciosos que el oro de Ofir.

Les resulta posible llegar a ser compañeros de los ángeles en gloria y reflejar la imagen de Jesucristo, que brillará ante el esplendor del trono eterno. Es su privilegio tener la fe que por medio del poder de Cristo los haga inmortales.

Sin embargo, ¡cuán pocas veces se dan cuenta de las alturas que podrían alcanzar si permitieran que Dios guíe cada uno de sus pasos!

Dios permite que cada ser humano ejerza su individualidad. No desea que ninguno sumerja su mente en la de otro mortal como él.

Los que desean ser transformados en mente y carácter no han de mirar a otros, sino al Ejemplo divino... Tenemos al que es todo y en todos como nuestro Ejemplo, el señalado entre diez mil, cuya excelencia no tiene comparación. Generosamente adaptó su vida para que todos la imiten.

Unidos en Cristo se hallaron la riqueza y la pobreza, la majestad y la humillación; el poder ilimitado y la mansedumbre y humildad que se reflejarán en cada alma que lo reciba.

En él, por medio de las capacidades y los poderes de la mente humana, se reveló la sabiduría del Maestro más grande que el mundo haya conocido.  

The Signs of the Times, 3 de septiembre de 1902. [163]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=qmNpAi7Xlo8&list=PLVsLdOIe7sVs6M9Rbo5qmC5KxlSCNC_2b&index=4&pp=gAQBiAQBsAQB

 

 

jueves, 1 de junio de 2023

16. “SER SEMEJANTES A JESÚS, NO SEMEJANTES AL MUNDO”

No tendrás en tu bolsa dos pesas diferentes, una más pesada que la otra. Tampoco tendrás en tu casa dos medidas diferentes, una más grande que la otra. (Deuteronomio 25:13,14 VI).

Los que profesan amar y temer a Dios deberían abrigar simpatía y amor los unos para con los otros, y deberían cuidar los intereses de los demás como si fueran suyos.

Los cristianos no deben regular su conducta según las normas establecidas del mundo.

 En todas las épocas los hijos de Dios son tan distintos de los mundanos como su profesión es más elevada que la de los impíos.

Desde el comienzo hasta el fin del tiempo, el pueblo de Dios es un cuerpo.

El amor al dinero es la raíz de todos los males.

En esta generación el deseo por conseguir ganancias es una pasión absorbente. Si no se puede conseguir riqueza por medio de un trabajo honesto, los seres humanos tratan de obtenerla por medio del fraude.

Se despoja a las viudas y a los huérfanos de su salario ínfimo, y se hace sufrir a los pobres con respecto a las necesidades primordiales de la vida.

Y todo esto para que los ricos puedan sufragar su extravagancia, o satisfacer su deseo de acumular más riquezas.

El temible registro de los delitos cometidos diariamente por motivo de la obtención de ganancias, es suficiente para congelar la sangre y llenar el alma con horror. El hecho de que aun entre quienes profesan piedad existen los mismos pecados en mayor o menor grado, exige una humillación profunda del alma y una acción seria por parte de los seguidores de Cristo.

El amor a la ostentación y el amor al dinero han hecho de este mundo una cueva de ladrones y asaltantes.

Pero los cristianos no son supuestamente moradores de la tierra; están en un país extraño, deteniéndose, por decirlo así, sólo por una noche.

No deben ser impulsados por los mismos motivos y deseos que son impulsados los que tienen su hogar y su tesoro aquí.

Dios desea que nuestra vida represente la vida de nuestro gran Modelo; que al igual que Jesús, vivamos para hacer el bien a los demás...

Todo perjuicio ocasionado a los hijos de Dios se hace contra Cristo mismo en la persona de sus santos.

Toda tentativa de aprovecharse de la ignorancia, debilidad o desgracia de los demás, queda registrado como fraude en el libro mayor del cielo.

—The Southern Watchman, 10 de mayo de 1904. Ver La Historia de Profetas y Reyes, 481, 482. [160]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=HXYrvy9WDEo&list=PLVsLdOIe7sVs6M9Rbo5qmC5KxlSCNC_2b&index=1&t=5s&pp=gAQBiAQBsAQB