domingo, 15 de abril de 2018

08. “EL MANDAMIENTO DEL PADRE”


*Cuando Estudiamos La Palabra de Dios, hay más de un contraste sobre distintos temas. Y el siguiente tema no es ajeno a estos contrastes. 

 “EL MANDAMIENTO DEL PADRE” 
¿En Qué Consiste El Mandamiento Del Padre, Que Deberían Recibir Y Obedecer Los Judíos, Si Querían Ser Salvos? ¿Será Relevante Este Principio Para Los Cristianos de Hoy? 

 “El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé‚ que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho. Juan 12:48-50. 

 TIENE QUIEN LE JUZGUE. Cf. cap. 5: 45. 
 Aquí no es Moisés, sino la palabra de Cristo la que juzga. Los contemporáneos de Jesús quedaban sin excusa pues habían oído de él la verdad acerca de su identidad y misión. 
 No podían aducir ignorancia en cuanto a los requerimientos para la salvación. Si no hubiesen oído la verdad, no hubieran sido considerados responsables (ver com. 9:39-41). 
 “Así pasa con los que oyen la Palabra de Dios hoy día. ¡Grande es la responsabilidad que Dios coloca sobre los que la oyen! Pueden ridiculizar y aun despreciar los sermones, pero para pesar suyo al fin encontrarán que deben rendir cuenta de lo que han hecho teniendo en cuenta lo que han oído”. 

 PORQUE NO HE HABLADO POR MI PROPIA CUENTA. 
Al rechazar las palabras de Jesús, los judíos estaban rechazando a Dios el Padre, a quien profesaban adorar. Jesús procuró advertirles acerca de esto. Así también sucede cuando los hombres rehúsan las palabras de los mensajeros del cielo. Rechazan no meramente a los mensajeros sino también a Aquel que les dio su mensaje y los envió (ver com. Mat. 10:40). 

 Y SÉ‚ QUE SU MANDAMIENTO ES VIDA ETERNA. 
"Vida eterna" es vida que dura para siempre, vida que no tiene fin. Se hace posible únicamente mediante una conexión ininterrumpida con la Fuente de toda vida. El don de la vida eterna se concretó cuando Dios dio el inefable don de su único Hijo. 

 El cristiano sincero tiene el privilegio de regocijarse en que tiene "vida eterna" ahora, como una dádiva de Dios y "esta vida está en su Hijo" (1 Juan 5: 11; cf. cap. 3: 2). "El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida" (1 Juan 5: 12). La posesión de la vida eterna depende de que Cristo habite por fe en el corazón. El que cree tiene vida eterna y "ha pasado de muerte a vida" (ver com. Juan 5: 24-25; 6: 54; 8: 51). 

 *La orden del Padre era que los hombres creyeran en Cristo a quien él había enviado al mundo. Sólo así podían ser salvados (Hech. 4: 12). En una declaración paralela, Juan afirmó: "Este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo" (1Juan 3:23). 

 Los judíos creían que recibirían la salvación porque se esforzaban en el estudio y la observancia de la Torah. 
 Muchos de ellos depositaban su esperanza de vida eterna en el hecho de ser descendientes de Abrahán. Jesús les advirtió que sólo los que lo aceptaran a él como el Hijo de Dios y como el Salvador del mundo, serían salvados. "Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17: 3). CBA MHP