Escudriñad las Escrituras; porque
a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que
dan testimonio de mí. (Juan 5: 39).
Cristo adoptó la forma humana con
el propósito de vivir la ley de Dios. Él es la Palabra de vida. Vino para ser el evangelio de salvación para
el mundo, y para cumplir cada exigencia de la ley. Jesús es la Palabra, el Guía
al que hay que recibir y obedecer en cada aspecto de la vida. Cuán necesario
es, pues, que la mina de la verdad sea explorada para descubrir ese rico tesoro
y ponerlo a buen recaudo como una joya preciosa. La encarnación de Cristo, su
divinidad, su expiación, su extraordinario ministerio en el cielo como nuestro
abogado y la obra del Espíritu Santo, todos estos temas del cristianismo son
esenciales; y más aún, por ser vitales para nosotros, están revelados desde el
Génesis hasta el Apocalipsis. Los áureos eslabones de la cadena de la verdad
evangélica, y lo principal, la materia prima, se encuentran en las enseñanzas
de Cristo Jesús. ¿Por qué entonces no habrían de ser ennoblecidas y exaltadas
las Escrituras en cada escuela de la tierra? ¡Cuán poco niños son educados para
estudiar la Biblia como la Palabra de Dios, y para alimentarse con sus
verdades, que son la carne y sangre del Hijo de Dios!
"De cierto, de cierto os
digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis
vida en vosotros. El que come mi carne y
bebe mi sangre [es decir, si continúa recibiendo las palabras de Cristo y las
practica], tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi
carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi
carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él" (Juan 6: 53-56).
"El que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros,
por el Espíritu que nos ha dado" (1 Juan 3: 24).
Cada familia tiene la necesidad
de hacer de la Biblia el libro guiara su estudio. Los dichos de Cristo son oro
puro, sin una partícula de contaminación, a menos que por su interpretación el
hombre trate de contaminarla al punto de considerar el error como verdad. A los que han recibido conceptos errados de
la Palabra, pero al investigar en las Escrituras ponen su mayor esfuerzo en
obtener la sustancia de la verdad que contiene, el Espíritu Santo abrirá sus
ojos a la comprensión de los mensajes de las Escrituras, y entonces la verdad
de la Palabra será para ellos como una nueva revelación.- Fundamentals of
Christian Education, pp. 385, 386. 109
AUDIO. https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFw6vQ5YVlIonyXAPELBB7Zt
No hay comentarios:
Publicar un comentario