Jesús
no impuso el celibato a clase alguna de hombres, No vino para destruir
la sagrada institución del matrimonio, sino para exaltarla y devolverle
su santidad original. Mira con agrado la relación familiar donde
predomina el amor sagrado y abnegado.- Ms 126, 1903; (HAd 106).
Consumo de La Energía Vital.
Son muchos los padres que no han obtenido el conocimiento que deberían respecto de la vida matrimonial.
No
se cuidan para que Satanás no saque ventaja de ellos y controle su
mente y su vida. No se dan cuenta de que Dios requiere de ellos que
controlen todo exceso en la vida matrimonial. Son pocos los que
consideran que es deber religioso gobernar sus pasiones.
Se unieron en
matrimonio con quien eligieron, y concluyen que tal matrimonio santifica
la complacencia de las bajas pasiones.
Aun los hombres y las mujeres
que profesan piedad dan rienda suelta a sus pasiones concupiscentes, y
no quieren ni pensar que Dios los hace responsables del consumo de la
energía vital que debilita las reservas de la vida y enerva todo el
organismo.
Excesiva Complacencia Sexual.
El
compromiso matrimonial cubre pecados del matiz más oscuro. Hombres y
mujeres que profesan piedad rebajan sus propios cuerpos por medio de la
indulgencia de pasiones corruptas, y descienden así por debajo del
nivel de los brutos de la creación. Abusan de las facultades que Dios
les ha dado para que sean preservadas en santificación y honor. La
salud y la vida misma son sacrificadas sobre el altar de las bajas
pasiones. Las facultades superiores y más nobles son colocadas bajo el
dominio de las propensiones animales. Quienes así pecan, no están
familiarizados con los resultados de tal manera de conducirse.
Si
pudieran darse cuenta de la cantidad de sufrimiento que se causan a
ellos mismos por sus propias indulgencias pecaminosas, se alarmarían; y
algunos, por lo menos, tratarían de evitar esa manera de conducirse en
relación con el pecado que produce tan terribles resultados. Esto le
acarrea una existencia tan miserable a tanta gente, que les sería
preferible la muerte antes que la vida, y muchos acaban muriéndose
prematuramente y sin gloria a causa de la excesiva complacencia de las
pasiones animales.
Piensan que, por el hecho de estar casados
no están
cometiendo pecado alguno.
Hombres
y mujeres: un día sabrán qué cosa es la lujuria,
y cuál es el resultado
de gratificarla.
Pasiones de tan baja calidad pueden ser halladas en
el estado matrimonial tanto como fuera de él.-
RH, 19 de septiembre de 1899.
Dignidad y Respeto Que Merece La Esposa.
Muchos
profesos cristianos que he conocido parecen destituidos del control
moral. Poseían una naturaleza más animal que divina. En realidad,
poseían una naturaleza casi totalmente animal. Hombres de este tipo
degradan a sus esposas, a quienes prometieron alimentar y cuidar. La
esposa se transforma en un instrumento para la gratificación de las
pasiones bajas y lujuriosas. Y muchas mujeres se someten y llegan a ser
esclavas de las pasiones concupiscentes; no mantienen sus cuerpos en
santificación y honor.
La esposa deja de retener la dignidad y el
respeto propio que poseía antes de casarse.
Esta
institución sagrada debería preservar y acrecentar el respeto y la
dignidad femeninas. Pero la femineidad casta, dignificada y deforme de
la mujer ha sido consumida en el altar de las bajas pasiones; ha sido
sacrificada para complacer al marido. Pronto perderá el respeto por el
esposo, quien ni siquiera toma en cuenta las leyes a las cuales rinde
obediencia la creación bruta.
La
vida matrimonial llega a ser un yugo irritante, pues el amor se
desvanece y frecuentemente toman su lugar la desconfianza, los celos y
el odio.
Desconfianza Entre Esposos.
Ningún
hombre puede amar verdaderamente a su esposa cuando ésta se somete,
pacientemente y como una esclava, proporcionándole todo lo que requieran
sus pasiones depravadas. En esa sumisión pasiva, ella pierde el valor
que poseía una vez ante sí misma.
*El esposo la ve como arrastrada a un
bajo nivel, alejada de todo lo que podría ser elevado; y pronto sospecha
que ella puede ser sometida dócilmente y degradada por otro hombre de
la misma manera como lo hizo él. Entonces comienza a dudar de su
fidelidad y pureza; se cansa de ella y termina buscando otros objetos
que eleven la intensidad de sus pasiones infernales. La Ley de Dios
deja de ser objeto de consideración...
*La
esposa, por su lado, se pone celosa y sospecha que, de presentarse la
oportunidad, su esposo se dirigirá a otra mujer de la misma manera como
lo hace hacia ella. Percibe que él no está bajo el control de una
conciencia temerosa de Dios; todas las barreras santificadas son
derribadas por sus pasiones Injuriosas; todo lo que tiene de semejante a
Dios se torna en servidumbre de las pasiones bajas y embrutecidas...
Naturaleza Destructiva de Los Excesos Sexuales.
Cuando
una esposa rinde su cuerpo y su mente al control del esposo,
sometiéndose a su voluntad en todo, sacrificando su conciencia, su
dignidad y su identidad, pierde la oportunidad de ejercer sobre él la
poderosa influencia para bien que debería poseer para elevar a su
esposo. No puede suavizar su naturaleza tosca y ejercer su influencia
de tal manera que logre suavizarlo, refinarlo y purificarlo, ayudándole a
luchar seriamente para que gobierne sus pasiones, y posea una mente más
espiritual que le permita participar de la naturaleza divina, huyendo
de la corrupción que impera en el mundo debido a la concupiscencia.
Es
muy grande el poder de la influencia que puede guiar la mente hacia
temas elevados y nobles, por encima de la complacencia sensual, que el
corazón no renovado por la gracia no puede lograr naturalmente.
Si la
esposa siente que, para satisfacer a su esposo, tiene que rebajar sus
normas, cuando las pasiones animales llegan a constituirse en la base
principal del amor, desagrada a Dios porque falla al no ejercer una
influencia santificadora sobre su esposo.
Si siente que debe someterse a
sus pasiones animales sin protestar, revela que no entiende cuáles son
sus deberes hacia Dios tanto como hacia su esposo.
Los excesos sexuales
destruyen el amor por la ejercitación devocional, le quitan al
organismo la sustancia necesaria para nutrirlo, y consumen en forma
efectiva la vitalidad.
Ninguna mujer debería ayudar al esposo en esta
obra de autodestrucción. No lo hará si está iluminada y lo ama de
veras...
Preservación de La Mente y El Cuerpo.
Que
los hombres y las mujeres temerosos de Dios despierten al deber. Muchos profesos cristianos sufren de parálisis nerviosa y cerebral
debido a la intemperancia en estos asuntos.
Surge una descomposición
ósea y medular en muchos que son considerados como hombres buenos, que
oran y lloran, que ocupan posiciones elevadas, pero cuyos esqueletos no
traspasarán jamás los portales de la ciudad celestial.
¡Ojalá
yo pudiera lograr que todos entendiesen la obligación que tienen ante
Dios de preservar sus facultades físicas y mentales en la mejor
condición posible para poder rendirle un servicio perfecto a su
Creador!...
Transmisión del Vicio de Padres a Hijos.
Desde
su juventud han debilitado el cerebro y extraído la savia de la
constitución física por la gratificación de las pasiones animales. La
abnegación y la temperancia deberían ser el santo y seña de la vida
matrimonial; entonces, los hijos que trajeron al mundo no correrían el
peligro de poseer órganos morales e intelectuales débiles y una
naturaleza animal fuerte.
El vicio en los hijos ha llegado a ser casi
universal.
¿No existe acaso causa para ello?
¿Quién les proporcionó la
estampa del carácter?
¡Que Dios abra los ojos de todos para que puedan
darse cuenta de que están de pie en lugares resbaladizos!
De
acuerdo con el cuadro que me ha sido presentado acerca de la corrupción
de hombres y mujeres que profesan piedad, he llegado a temer que
perderé totalmente mi confianza en la humanidad. He podido notar que un
pavoroso estupor se cierne sobre la mayor parte de la gente. Se ha
tornado casi imposible incitar a los que deberían ser despertados, para
que tengan un sentido adecuado del poder que Satanás ejerce sobre la
mente de la gente. No se dan cuenta de la prolífica corrupción que los
rodea. Satanás ha cegado su mente y los ha adormecido en la seguridad
carnal.
Los
fracasos de nuestros esfuerzos por instruir a otros para que entiendan
los grandes peligros que acosan a las almas, me han llevado a pensar a
veces que mis ideas en relación con la depravación del corazón humano
son exageradas. Pero cuando confrontamos los hechos que revelan la
triste deformidad de alguien que se atreve a ministrar las cosas
sagradas en tanto que su corazón es corrupto, y cuyas manos manchadas de
pecado han profanado los vasos del Señor, una se siente segura de que
no se ha formado un cuadro demasiado grave. RH, 26 de septiembre de
1899.
Abuso de Los Privilegios Sexuales.
Que
en la vida matrimonial, ambos esposos den pruebas de que uno es para el
otro una ayuda y una bendición. Den debida consideración al costo de
cada complacencia, intemperancia y sensualismo.
Estas complacencias no
aumentan el amor,
ni ennoblecen, ni elevan.
Quienes se permiten las
pasiones animales y gratifican la concupiscencia, estamparán sobre su
posteridad, con toda seguridad, esas prácticas degradantes y la
desvergüenza de su propia contaminación física y moral.- Ms 3, 1897.
Llevar al exceso lo legítimo constituye un grave pecado.- 1JT 575.
Quienes
profesan ser cristianos... deberían dar debida consideración a las
consecuencias de cada privilegio de la relación matrimonial, y el
principio santificado debería constituir la base de toda acción.- 2T
380.
Importancia Vital de Un Buen Ejemplo.
Las
pasiones animales, alimentadas y consentidas, han llegado a ser muy
fuertes en este tiempo, y las consecuencias sobre la vida matrimonial
son incontables males.
En vez de permitir que la mente se desarrolle y
ejerza una energía controladora, las propensiones animales rigen sobre
las facultades más elevadas y nobles hasta que éstas son colocadas bajo
la sujeción de las propensiones animales. ¿Cuáles son los resultados?
Los delicados órganos de la mujer se gastan y enferman; el tener hijos
deja de ser seguro; se abusa de los privilegios sexuales. Los hombres
corrompen su propio cuerpo; y las esposas, en la cama, se convierten en
esclavas de sus desordenadas concupiscencias, hasta que pierden el temor
a Dios.
Ninguna
otra cosa sino la verdad puede hacer o mantener sabio a un hombre. Si
hay una vida inmortal que obtener, si se tiene que desarrollar un
carácter santo para lograr la entrada a la presencia del Señor nuestro
Dios y la compañía de los santos ángeles, entonces, ¿por qué los
maestros, médicos y predicadores no actúan de acuerdo con lo que creemos
por medio del ejemplo en lo que enseñan? ¿Por qué no manifiestan más
celo por el Maestro?
¿Por qué no poseen un amor ardiente por las almas
por las cuales Cristo murió?
Si
el hombre ha de ser transformado en inmortal, su mente debe mantenerse
en armonía con la de Dios. El verdadero discípulo en la escuela de
Cristo, cuya mente actúa en armonía con la mente de Dios, no sólo se
mantendrá aprendiendo constantemente, sino también enseñando y
reflejando luz; enseñando por encima y lejos de los errores comunes
prevalecientes en esta generación perversa y adúltera...
El
cristiano debe mantenerse contemplando constantemente al Modelo e
imitar el ejemplo santo de Jesús. Entonces, se permearía un espíritu de
rectitud en la vida y el carácter de los demás. Si Dios fuera buscado
por medio de oración persistente y humilde, y se le pidiera luz y
dirección, con toda seguridad se podrían lograr descubrimientos en la
conducta individual; podrían ser reprimidas las prácticas y los planes
no santificados, y Jesús llegaría a ser la norma de la vida.- Ms 14,
1888.
Bajas Pasiones y Salud Mental Deficiente.
Las
pasiones bajas tienen que ser estrictamente vigiladas. Cuando se deja
que fluyan desordenadamente, las facultades perceptivas son atropelladas
y terriblemente ultrajadas. Cuando las pasiones son consentidas, la
sangre, en vez de circular por todo el organismo proporcionando descanso
al corazón y clarificando la mente, es llevada en cantidades indebidas a
los órganos internos. Como resultado, se manifiesta la enfermedad. La
mente no puede gozar de salud hasta tanto el mal no sea localizado y
remediado.- Ms 24, 1900.
Indulgencia Que Debilita Las Facultades Morales.
Dijo
Pablo: "Con la mente sirvo a la ley de Dios" (Rom. 7: 25). Cuando se
nubla la mente por la satisfacción de los apetitos y las pasiones
animales, las facultades morales se debilitan de tal modo que lo sagrado
y lo común son colocados al mismo nivel.- Carta 2, 1873; (1MCP 235). EGW TACS Ministerio Hno. Pio