Hijitos míos, estas cosas os escribo
para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el
Padre, a Jesucristo el justo. (1 Juan 2: 1).
Los que están en relación con
Dios son canales del poder de su Santo Espíritu. Si alguno que experimenta la comunión con el
Omnipotente voluntariamente se sale del sendero, no será por haber pecado, sino
como consecuencia de no tener la vista siempre fija en Jesús. Sin embargo, el hecho de que haya cometido
algún error no lo hace menos querido por Dios, porque cuando el creyente toma
conciencia de su falta, regresa, y vuelve a fijar sus ojos en Cristo. Sabe que está en comunión con su Salvador, y
cuando es reprochado por su equivocación en un asunto de juicio, no camina de
mal humor quejándose de Dios, sino que transforma su error en una
victoria. Aprende la lección de las
enseñanzas de su Maestro, y presta más atención para no ser engañado
nuevamente.
Los que aman verdaderamente a Dios en su interior sienten la reciprocidad del afecto divino, y saben que están en comunión con Cristo porque su corazón arde por efecto del amor ferviente que los une a él. [Entonces] La verdad para este tiempo es creída con toda confianza. Pueden decir con certeza: "Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad...
Tenemos también la palabra
profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una
antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero
de la mañana salga en vuestros corazones" (2 Ped. 1: 16, 19).
La vida interior se manifiesta
por la conducta. Permita que la Palabra
de Dios testifique a favor del discípulo que Dios envió con un mensaje para
estos últimos tiempos, con el fin de preparar a un pueblo que pueda permanecer
en el día del Señor. "¡Cuán
hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que
anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del
que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!" (Isa. 52: 7).
La sabiduría del así llamado intelectual no es confiable, a menos que haya aprendido en la escuela de Cristo. El hombre, en su supuesta sabiduría, puede inventar teorías y sistemas filosóficos a las que el Señor califica como vanas y necias: "Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres" (1 Cor. 1: 25).
"Pero lejos esté de mí
gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me
es crucificado a mí, y yo al mundo" (Gál. 6: 14).-Review and Herald, 12 de
mayo de 1896. 137
AUDIO. https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFzYiJ_3Qer1djKIxMXbo7sk
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