Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos. (Salmo 34:15).
La conciencia de obrar rectamente es el mejor remedio para cuerpos y mentes enfermos.
La bendición especial que Dios deposita sobre el receptor es salud y fortaleza.
El que tiene la mente tranquila y satisfecha en Dios está en el camino a la salud.
Ser conscientes de que el ojo del Señor está sobre nosotros, y de que su oído está atento a nuestras plegarias, es por cierto una satisfacción.
Saber que tenemos un Amigo que nunca falla, a quien podemos confiar todos los secretos del alma, constituye una felicidad que las palabras nunca pueden expresar.
Los que tienen sus facultades morales nubladas por la enfermedad no representan correctamente la vida cristiana o la belleza de la santidad.
Demasiado a menudo están inflamados de fanatismo, o sumergidos en el agua de la fría indiferencia o de la irracional lobreguez.
Quienes no sienten que es un deber religioso disciplinar la mente para que se espacie en temas alegres, generalmente se hallarán en uno de dos extremos: o estarán exultantes por una ronda continua de diversiones excitantes, entregándose a la conversación frívola, las risas y las bromas; o estarán deprimidos, teniendo grandes problemas y conflictos mentales, de los cuales piensan que solo unos pocos alguna vez han experimentado o pueden comprender...
El trabajo apropiado, el ejercicio saludable de sus facultades, alejaría sus pensamientos de ellos mismos...
Si adiestrasen sus mentes para que se espaciaran en temas que nada tienen que ver con el yo, todavía podrían ser útiles...
Los sentimientos de desaliento frecuentemente son el resultado de demasiado ocio.
Las manos y la mente deberían estar ocupadas en trabajo útil, aliviando las cargas de otros; y quienes están de tal manera ocupados también se beneficiarán a sí mismos...
La mente debería apartarse del yo; sus facultades deberían ejercitarse en idear medios para hacer que otros, sean más felices y mejores.
"La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta. Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo" (Santiago 1:27).
La verdadera religión ennoblece la mente, refina el gusto, santifica el juicio y hace de su poseedor un partícipe de la pureza y la santidad del cielo.
Acerca a los ángeles, y nos separa más y más del espíritu y la influencia del mundo.
Penetra en todos los actos y las relaciones de la vida y nos da el "espíritu de dominio propios", y el resultado es felicidad y paz.
-Signs of the
Times. 23 de octubre de 1884. RJ153/EGW/MHP 154
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=VDGFivbJHaE&list=PLtrFh-HO7ogCN7TYCzWFldOpHDCN8XOF7&index=27&pp=sAQB