Y Samuel creció, y
Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. Y todo
Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de
Jehová. (1Samuel 3:19, 20).
Durante los años
transcurridos desde que el Señor se manifestó por primera vez al hijo de Ana,
el llamamiento de Samuel al cargo profético había sido reconocido por toda la
nación. Al transmitir fielmente la divina advertencia a la casa de Elí, por
penoso que fuera dicho deber, Samuel había dado pruebas evidentes de su
fidelidad como mensajero de Jehová; "y Jehová fue con él, y no dejó caer a
tierra ninguna de sus palabras. Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba,
conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová" (1 Sam. 3:19,20).
Los israelitas aun continuaban, como nación, en un estado de irreligión e idolatría, y como castigo permanecían sujetos a los filisteos. Mientras tanto, Samuel visitaba las ciudades y aldeas de todo el país, procurando hacer volver el corazón del pueblo al Dios de sus padres; y sus esfuerzos no quedaron sin buenos resultados. Después de sufrir la opresión de sus enemigos durante veinte años, "toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová".
Samuel les
aconsejó: "Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los
dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a
Jehová, y sólo a él servid" (1 Sam. 7:3). Aquí vemos que la piedad
práctica, la religión del corazón, era enseñada en los días de Samuel como lo
fue por Cristo cuando estuvo en la tierra. Sin la gracia de Cristo, de nada le
valían al Israel de antaño las formas externas de la religión. Tampoco valen
para el Israel moderno.
Es hoy muy necesario
que la verdadera religión del corazón reviva como sucedió en el antiguo Israel.
El arrepentimiento es el primer paso que debe dar todo aquel que quiera volver
a Dios. Nadie puede hacer esta obra por otro. Individualmente debemos humillar
nuestras almas ante Dios, y apartar nuestros ídolos. Cuando hayamos hecho todo
lo que podamos, el Señor nos manifestará su salvación.- Patriarcas y profetas,
pp.639,640. 264
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFzZ_A1Yl5Cue5fxawAPGjut
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