Y crecía la palabra del
Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén;
también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. (Hechos 6:7).
Como los discípulos,
que llenos del poder del Espíritu salieron a proclamar el evangelio, así los
siervos de Dios han de salir hoy. Hemos de realizar la obra del Señor llenos
del desinteresado espíritu de dar el mensaje de misericordia a los que están en
la oscuridad del error y la incredulidad. Tenemos que realizar nuestra parte en
cooperación con él; también actuará sobre los corazones de los incrédulos para
desarrollar su obra en las regiones distantes. Muchos ya están recibiendo el
Espíritu Santo, que despejará el camino bloqueado por la indiferencia
descuidada.
¿Por qué se ha
registrado la obra de los discípulos, trabajando con santo celo, animados y
vitalizados por el Espíritu Santo, si no es para que hoy el pueblo del Señor
obtenga inspiración para trabajar fervorosamente por él? Lo que el Señor hizo
por su iglesia en ese entonces, es igualmente esencial que hoy lo haga por su
pueblo. En la actualidad, cada miembro de iglesia ha de hacer lo mismo que
realizaron los apóstoles. Y tenemos que trabajar con tanto o más fervor, para
ser bendecidos con una mayor medida del Espíritu Santo, puesto que el
crecimiento de la maldad requiere un llamado más decidido al arrepentimiento.
Aquel sobre quien
brilla la luz de la verdad presente debe ser conmovido a compasión en favor de los
que están en la oscuridad. Cada creyente ha de reflejar la luz en rayos claros
y definidos. Hoy el Señor espera realizar una obra similar a la que hizo
mediante sus mensajeros delegados después del día de Pentecostés. Cuando el fin
de todas las cosas está cerca, el celo de la iglesia actual ¿no debería exceder
al de la iglesia primitiva? El fervor por la gloria de Dios impulsó a los
discípulos a dar testimonio de la verdad con gran poder. ¿No debería este mismo
celo encender nuestros corazones con un anhelo de contar la historia del amor
redentor de Cristo crucificado? ¿No debería revelarse con mayor magnitud el
poder de Dios ahora, que en tiempos de los apóstoles? -Review and Herald, 13 de
enero de 1903. 319
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFwjWa2SHI3SNHhSGZU_y_aG
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