viernes, 15 de octubre de 2021

15. “CAMBIO DE VESTIDURAS” X. PREPARADOS POR EL ESPÍRITU.

Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿Cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. (Mateo 22:11,12).

Descarte sus ropas comunes, y póngase el vestido de boda que Cristo preparó. Entonces podrá sentarse en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Dios da la bienvenida a todo el que viene a él así como está, no edificándose en justicia propia, ni buscando justificarse a sí mismo, tampoco pretendiendo méritos por las así llamadas buenas acciones ni siendo orgulloso de su supuesto conocimiento. Mientras camina y trabaja con mansedumbre y humildad de corazón, se realiza una obra por usted, la cual sólo Dios podría hacer: Él es quien obra tanto el querer como el hacer por su buena voluntad. Esta buena voluntad es verlo a usted habitando en Cristo y descansando en su amor.

No permita que ninguno le robe la paz, el descanso y la certeza de que ahora mismo usted ha sido aceptado.  Aférrese a cada promesa; todas son suyas si cumple con las exigencias. El secreto del perfecto descanso en su amor es la completa entrega de uno mismo, y la aceptación de los caminos de Cristo.

El descanso, ¿quién lo tiene?  Se lo logra cuando ponemos a un lado toda justificación propia y todo razonamiento desde el punto de vista egoísta. El secreto del perfecto descanso en su amor es la completa entrega propia, y la aceptación de sus caminos. Debemos aprender su mansedumbre y humildad antes de poder experimentar el cumplimiento de la promesa: "Y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mat. 11:29). Cuando aprendemos los hábitos de Cristo, el yo se transforma, y, al tomar su yugo, estaremos dispuestos a aprender.

Entregar la vida a Cristo significa más de lo que muchos suponen. Dios requiere una entrega completa. No podemos recibir el Espíritu Santo hasta que quebremos todo yugo que nos ate a nuestros rasgos objetables de carácter. Estos son los grandes impedimentos para llevar el yugo de Cristo y aprender de él. No hay nadie que no tenga mucho para aprender. Todos deben ser adiestrados por Cristo.- Review and Herald, 25 de abril de 1899. 300

AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFxYbpvM5t67YPIWXD9NDE5p


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