Y entró el rey para ver
a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le
dijo: Amigo, ¿Cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.
(Mateo 22:11,12).
Descarte sus ropas
comunes, y póngase el vestido de boda que Cristo preparó. Entonces podrá
sentarse en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Dios da la bienvenida a
todo el que viene a él así como está, no edificándose en justicia propia, ni
buscando justificarse a sí mismo, tampoco pretendiendo méritos por las así
llamadas buenas acciones ni siendo orgulloso de su supuesto conocimiento. Mientras
camina y trabaja con mansedumbre y humildad de corazón, se realiza una obra por
usted, la cual sólo Dios podría hacer: Él es quien obra tanto el querer como el
hacer por su buena voluntad. Esta buena voluntad es verlo a usted habitando en
Cristo y descansando en su amor.
No permita que ninguno
le robe la paz, el descanso y la certeza de que ahora mismo usted ha sido
aceptado. Aférrese a cada promesa; todas
son suyas si cumple con las exigencias. El secreto del perfecto descanso en su
amor es la completa entrega de uno mismo, y la aceptación de los caminos de
Cristo.
El descanso, ¿quién lo
tiene? Se lo logra cuando ponemos a un
lado toda justificación propia y todo razonamiento desde el punto de vista
egoísta. El secreto del perfecto descanso en su amor es la completa entrega
propia, y la aceptación de sus caminos. Debemos aprender su mansedumbre y
humildad antes de poder experimentar el cumplimiento de la promesa: "Y
hallaréis descanso para vuestras almas" (Mat. 11:29). Cuando aprendemos
los hábitos de Cristo, el yo se transforma, y, al tomar su yugo, estaremos
dispuestos a aprender.
Entregar la vida a
Cristo significa más de lo que muchos suponen. Dios requiere una entrega
completa. No podemos recibir el Espíritu Santo hasta que quebremos todo yugo
que nos ate a nuestros rasgos objetables de carácter. Estos son los grandes
impedimentos para llevar el yugo de Cristo y aprender de él. No hay nadie que
no tenga mucho para aprender. Todos deben ser adiestrados por Cristo.- Review
and Herald, 25 de abril de 1899. 300
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFxYbpvM5t67YPIWXD9NDE5p
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